El australiano Tim Tszyu regresó al triunfo con una victoria por decisión unánime en diez asaltos frente al estadounidense Anthony Velázquez, dejando atrás la derrota sufrida ante Sebastián Fundora y mostrando una versión más madura de su boxeo.
Bajo la conducción de su nuevo entrenador Pedro Díaz, Tszyu presentó un cambio evidente de enfoque. Esta vez no salió obsesionado con el nocaut, sino que apostó por una pelea inteligente, paciente y metódica. Se concentró en sumar asaltos, controlar los tiempos y manejar la distancia con un jab constante, que fue la clave para neutralizar a su rival.
El dominio del australiano fue sostenido de principio a fin. Mostró una solidez defensiva superior a la de combates anteriores, evitó riesgos innecesarios y no se dejó arrastrar a intercambios estériles. Esa disciplina táctica se reflejó en las tarjetas, que le dieron la victoria por 100-91, 100-90 y 100-90.
Con este triunfo, Tszyu elevó su récord a 26 victorias y 3 derrotas, con 18 nocauts, mientras que Velázquez perdió su invicto profesional.
Tras el combate, Tszyu explicó con claridad su planteo:
“He vuelto. Solo quería sentirme cómodo ahí dentro. No salir a noquear de forma imprudente, sino tomarme mi tiempo y usar el jab. Tengo todas las habilidades, solo necesito aplicarlas”, afirmó.
También valoró la exigencia del rival y la importancia del control:
“Fue un oponente fuerte, con potencia. No quería entrar a intercambiar sin sentido. Diez asaltos, cabeza fría y disciplina… estoy muy contento con eso”.




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