Riad fue el escenario elegido para bajar el telón del WBC Boxing Grand Prix, un certamen internacional que reunió a jóvenes talentos de distintas latitudes y que apostó por un formato poco habitual: sistema de puntuación abierta y cinco jueces por combate. Con cuatro divisiones en disputa, la gran final dejó actuaciones sólidas, planteos inteligentes y campeones bien definidos.
Kevin Ramírez, precisión antes que tamaño
En la división de los pesos pesados, el argentino Kevin Ramírez volvió a demostrar que el boxeo también se gana con lectura y disciplina. Enfrentando al bosnio Ahmed Krnjic, notablemente superior en talla y peso, Ramírez administró los tiempos, se movió con criterio y puntuó con constancia. Incluso cuando el desgaste lo obligó a intercambiar, mantuvo la compostura y nunca cedió el control en las tarjetas.
La decisión fue unánime tras ocho asaltos: 77-75 (x3) y 78-74 (x2), resultado que le permitió conservar su invicto y quedarse con el título.
Dylan Biggs, dominio absoluto en mediano
La final de peso mediano tuvo un claro protagonista. El australiano Dylan Biggs fue contundente frente a Derek Pomerleau, a quien envió a la lona en los primeros pasajes y luego controló sin sobresaltos. Con ventaja temprana y sin perder el manejo de la distancia, Biggs construyó una victoria amplia que quedó reflejada en las tarjetas y marcó la primera derrota profesional de su rival.
Los jueces coincidieron: 79-72 (x3) y 78-73 (x2).
Carlos Utría, eficacia para sostener el invicto
En superligero, Carlos Utría resolvió una final más cerrada ante el uzbeko Mujibillo Tursunov. El colombiano sacó diferencia en los asaltos iniciales con mayor contundencia, mientras que Tursunov emparejó el trámite con movilidad y ritmo en el segmento medio. Aun así, Utría supo administrar la ventaja, cerró mejor los rounds decisivos y se llevó una victoria sin fisuras en las tarjetas: 77-75 (x3) y 78-74 (x2).
Brandon Mosquera, constancia en una pelea incómoda
La final pluma fue áspera, desordenada y exigente. En ese contexto, el mexicano Brandon Mosquera logró imponerse al italiano Muhamet Qamili a partir de mayor volumen de golpes y actividad sostenida. Aunque cedió terreno en varios pasajes y perdió un punto en el último round, siempre se mantuvo al frente en la puntuación abierta y supo asegurar el resultado.
Victoria unánime por 76-75 (x2), 78-73 (x2) y 77-74.
El WBC Boxing Grand Prix cerró así su edición con cuatro campeones invictos y una clara conclusión: en el boxeo moderno, el físico importa, pero la inteligencia, la constancia y la lectura del combate siguen marcando la diferencia.













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