Contra todos los pronósticos, y contra el calendario, el legendario Nonito “Filipino Flash” Donaire volvió a mostrar por qué su nombre está escrito con letras doradas en la historia del boxeo. A sus 42 años, y en suelo argentino, el filipino derrotó al chileno Andrés Campos por decisión unánime y se quedó con el título mundial interino gallo de la AMB.
El combate se celebró en el Casino Buenos Aires, y desde el primer asalto quedó claro que la experiencia y el poder de Donaire siguen intactos. Lejos de ceder el trono, el excampeón multidivisional impuso condiciones con buena precisión y combinaciones, dejando en claro que a Campos, 17 años menor, le faltaba recorrido para este desafío.
El valiente chileno fue superado en casi todos los pasajes del combate. Donaire manejó el ritmo, eligió los ángulos y conectó a voluntad. En el noveno round, un cabezazo accidental provocó un corte sobre el ojo derecho del filipino y el combate fue detenido. Las tarjetas dijeron lo que todos ya sabían: 87-84, 87-84 y 88-83, todas a favor del “Filipino Flash”.
Lo que muchos anunciaban como el traspaso de la antorcha, terminó siendo otra clase magistral de uno de los últimos íconos en activo del boxeo mundial. Nonito no se va. Nonito todavía brilla.

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