7 octubre, 2025

RINCÓN ROJO

MAGAZINE DE BOXEO

Opiniones divididas tras la victoria de Guzmán sobre Chavarría

La noche del 28 de junio en el Palenque de la Expo Obregón dejó más que dos cinturones en juego; dejó una discusión abierta. Alejandra “La Rockera” Guzmán se consagró campeona Internacional pluma del WBC al vencer por decisión mayoritaria a Joana “Medusa” Chavarría, en un combate que terminó con tarjetas de 96-94, 97-93 y 95-95. Mientras algunos vieron en Guzmán una exhibición técnica impecable, otros hablaron de un fallo polémico que no reflejó lo vivido sobre el ring.

Para quienes respaldan el veredicto, Guzmán (15-3-2, 7 KOs) construyó su victoria desde el primer campanazo. Dominó con un jab preciso, buena movilidad y defensa sólida. Durante los primeros siete asaltos, controló las acciones neutralizando los embates de Chavarría con esquives efectivos y combinaciones certeras. Según esta visión, la diferencia se marcó en los golpes limpios y en la estrategia bien ejecutada, lo que le permitió conservar la ventaja aun cuando el cansancio y los cortes en sus cejas complicaron los últimos rounds.

Sin embargo, desde el otro rincón, las voces fueron muy distintas. Para buena parte del público y equipo de Chavarría (7-5-1, 2 KOs), fue ella quien comandó el combate. Se destacó su energía, presión constante y actitud combativa a lo largo de los diez asaltos. Se argumenta que “Medusa” fue quien impuso el ritmo, que golpeó con contundencia, en especial con su mano izquierda, y que los cortes en Guzmán no fueron casualidad, sino consecuencia directa de ese castigo efectivo. Para estos observadores, la pelea merecía otro desenlace.

La crítica más dura al fallo sostiene que la diferencia de estatura y alcance no fue aprovechada por Guzmán, y que Chavarría, más pequeña, logró regular el combate y llegar con frecuencia al rostro de su rival. Algunos, incluso, hablaron abiertamente de “robo”, mientras que otros apelaron a una interpretación más generosa del reglamento que premia la técnica sobre la agresividad.

Lo cierto es que ambas dejaron una fuerte impresión. Guzmán se posiciona ahora como seria candidata a una pelea por el título mundial del WBC, mientras que Chavarría, pese a la derrota, se ganó el respeto del público por su entrega y carácter. Su actuación en Obregón fue, sin duda, la mejor de su carrera profesional hasta el momento.

La pelea dejó emociones intensas dentro y fuera del ring. Y como suele suceder en el boxeo cuando hay pasión de por medio, la controversia está servida.

Fotos: De La O Promotions