No dejó dudas. Algunos soñaban con una sorpresa. Otros se aferraban a ver su caída. De hecho, hasta el propio T-Mobile Arena de Las Vegas se puso en su contra durante varios rounds. Pero Canelo Álvarez demostró una vez más de lo que está hecho, venciendo por puntos (117-110, 116-111 y 115-112) a Jaime Munguía en una decisión unánime y reteniendo sus títulos AMB, CMB, OMB y FIB del peso supermediano. Además, su récord creció a 61 triunfos (39 por nocáut) con dos empates y dos derrotas.
El retador Munguía, invicto hasta este sábado (43 victorias, 34 KO), salió con los dientes apretados y en los tres primeros asaltos impuso condiciones con su jab de zurda, que aterrizó en el rostro del Canelo con un promedio de ocho por cada asalto. Por su parte, Álvarez comenzó con la guardia cerrada, pero a partir de la segunda vuelta comenzó a castigar a los brazos de Munguía.
El punto de quiebre del combate fue el cuarto asalto. Munguía insistió en llevar la iniciativa. En su afán de agredir, descuidó la defensa y fue derribado por un uppercut de derecha del campeón defensor, que envió a la lona a su rival.
A partir de ahí, la leyenda viva del boxeo mexicano mostró su mejor versión, con variadas combinaciones ante un oponente que bajó el ritmo, y disminuyó la potencia de sus ataques.
Igualmente, el joven tijuanense no se rendía: resurgió en el octavo asalto, combinó mejor, escapó con certeros movimientos de cintura e hizo fallar a Saúl, que emparejó las acciones en el noveno.
Aunque recibió dos derechazos en la cara, Munguía volvió a proponer, a pegar más en el décimo asalto. Sin embargo, con la ventaja en las tarjetas, Álvarez exhibió una efectividad brutal y, poco a poco, se acercaba a la inevitable victoria.
Pasados diez rounds de puro desgaste, los dos rivales dieron muestra de una gran preparación; en el undécimo Munguía hizo impactos con las combinaciones y no desentonó ante el favorito. Sin embargo, Canelo esperó de pie el asalto final, esperó al campanazo final y se llevó el triunfo por puntos, llegando a su victoria número 61 y, sobre todo, ratificando su enorme supremacía en el peso supermediano.
Fuente: Olé