18 junio, 2025

RINCÓN ROJO

MAGAZINE DE BOXEO

Nino Benvenuti: El último emperador del boxeo italiano

Este 20 de mayo, se apagó una de las luces más brillantes del boxeo europeo. A los 87 años, falleció Giovanni “Nino” Benvenuti, leyenda inmortal del pugilismo italiano y símbolo de una época en la que el boxeo era arte, carácter y elegancia sobre el ring.

Benvenuti no solo fue campeón mundial en dos divisiones, superwélter y mediano, también fue un ícono nacional que trascendió el deporte para convertirse en parte del alma cultural de Italia. Su presencia combinaba técnica depurada, resistencia férrea y un carisma que le ganó el corazón del público en cada rincón donde peleó.

Nacido el 26 de abril de 1938 en Isola d’Istria (entonces Italia, hoy territorio esloveno), Nino comenzó a boxear desde joven y rápidamente mostró un talento fuera de lo común. Como amateur, protagonizó una carrera casi perfecta: de 120 combates, ganó 119. Su consagración llegó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, donde conquistó la medalla de oro en peso wélter y recibió el codiciado Trofeo Val Barker, reconocimiento al boxeador más técnico del certamen.

En el profesionalismo, debutó en 1961 y construyó un impresionante récord de 82 victorias, 7 derrotas y 1 empate. Su trilogía ante el gran Emile Griffith quedó grabada en la historia por su intensidad y dramatismo. En 1967, venció a Griffith para coronarse campeón mundial de peso mediano, consolidando su lugar entre los grandes.

Tras su retiro en 1971, Benvenuti se reinventó como comentarista, empresario y figura pública. Fue también actor ocasional, manteniéndose siempre cerca del ring, pero con la sabiduría de quien ya lo había conquistado todo.

En 1992, su legado fue sellado con su ingreso al Salón Internacional de la Fama del Boxeo, y más tarde al Salón de la Fama del Deporte Italoamericano, junto a mitos como Rocky Marciano y Joe DiMaggio.

Nino Benvenuti no fue solo un campeón: fue una manera de entender el boxeo. Con su partida, se cierra un capítulo dorado, pero su figura seguirá inspirando a generaciones que busquen algo más que victorias: buscarán elegancia, coraje y grandeza. Las mismas cualidades que definieron al último emperador del boxeo italiano.