El boxeo, en su forma más noble, no solo forja campeones en el ring, sino también fuera de él. Así lo demuestra Pueblo Boxing, cuya misión solidaria volvió a brillar con fuerza. Gracias al apoyo incondicional de Juan Muhammad Escutia —acompañado en esta entrega por Miguel Chávez, ex boxeador, entrenador y apasionado del noble arte— se donó valioso material deportivo al Gimnasio Gral. Rafael Trejo de La Habana, el templo del boxeo cubano.
Este gesto no busca reflectores ni medallas: busca dar esperanza. Dar sin esperar, sembrar sin mirar a quién. Los niños y entrenadores del histórico gimnasio recibieron mucho más que equipamiento: recibieron una señal clara de que no están solos, de que hay quienes creen en ellos y en sus sueños.
Porque cuando se da con el corazón, el impacto trasciende los guantes.
















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