La cima del boxeo pesado tiene dueño: Oleksandr Usyk. El ucraniano volvió a demostrar por qué es el campeón indiscutido de la categoría al noquear en el quinto asalto a Daniel Dubois, revalidando por segunda vez su supremacía absoluta en la división. Con este triunfo, Usyk suma victorias ante Tyson Fury, Anthony Joshua y el propio Dubois, dejando pocos desafíos por conquistar.
Mientras su ex promotor ya insinúa un posible retiro, el equipo de Usyk tiene otros planes. Si bien el nombre de Joseph Parker resuena como próximo rival, las declaraciones de Sergey Lapin, director del equipo de Usyk, encendieron las alarmas (y el entusiasmo):
“Una pelea con Wilder es potencialmente posible, pero todo depende de las circunstancias”.
El nombre de Deontay Wilder, uno de los noqueadores más temidos de las últimas décadas, vuelve a entrar en juego. Wilder, que regresó con una victoria fulminante ante Tyrrell Anthony Herndon, mantiene ese halo de imprevisibilidad que lo convierte en una amenaza real, pese a su actual posición en el ranking.
Lapin fue claro:
“Wilder sigue siendo uno de los más poderosos… sería un error descartarlo”.
Más allá del vértigo que genera un posible Usyk vs Wilder, la realidad marca que el estadounidense ya no figura entre los principales contendientes del peso completo. Nombres como Jared Anderson, Filip Hrgović o incluso un eventual regreso de Joshua al ruedo podrían ofrecer desafíos deportivos más legítimos.
Pero cuando se trata de espectáculo, la popularidad también cuenta. Y en eso, Wilder sigue siendo oro puro. ¿Se encamina Usyk hacia una despedida a lo grande? ¿O seguirá escribiendo capítulos de gloria frente a los mejores del ranking?
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