19 octubre, 2025

RINCÓN ROJO

MAGAZINE DE BOXEO

Screenshot

Armando “Toro” Reséndiz: de Guayabitos al trono mundial

Guayabitos, Nayarit, no duerme. No puede. La emoción aún vibra en las calles después del regreso triunfal de su hijo más ilustre: Armando “Toro” Reséndiz, flamante campeón interino supermediano de la WBA. Tras una victoria rotunda sobre el estadounidense Caleb Plant, el mexicano volvió a su tierra, no solo con un cinturón, sino con el corazón desbordado de gratitud.

“Cada vez que peleo, llevo el nombre de Guayabitos conmigo. Somos un pueblo pequeño, pero con un gran corazón y grandes sueños”, declaró Reséndiz, conmovido, durante una conferencia de prensa abarrotada que marcó el inicio de los festejos. Fue su manera de devolverle a su gente algo de lo mucho que ha recibido desde que comenzó este camino de sacrificios y disciplina.

La jornada no tardó en convertirse en una auténtica fiesta popular. Aquel rincón de Nayarit se transformó en un mar de banderas, aplausos y motores rugientes: una caravana de autos y motocicletas escoltó al campeón en un desfile que cruzó todo el pueblo. Reséndiz saludó a cada paso, firmó autógrafos, posó con su cinturón y se dejó abrazar por esa multitud que lo vio crecer y soñar.

Con los pies sobre la tierra, pero la mirada en lo más alto, el “Toro” fue claro sobre lo que viene: “Este título es solo el principio. Quiero seguir defendiendo el cinturón y demostrar que puedo competir con cualquiera en el mundo”. Sus palabras no suenan a promesa vacía: resuenan como una declaración de guerra deportiva.

Más que una bienvenida, lo que vivió Reséndiz fue un tributo. Un acto de amor colectivo que refleja cuánto puede significar un deportista para su comunidad. En Guayabitos no solo celebraron un triunfo en el ring. Celebraron el sueño cumplido de uno de los suyos.